Muchos opinan, a nivel local e internacional, que los chilenos son una nación resiliente. Y la verdad es que en mi opinión hay mucho de verdad en esta afirmación.
Los chilenos estamos acostumbrados a ser remecidos cada cierto tiempo por la naturaleza y la tragedia: terremotos, tsunamis, prolongadas sequías e inundaciones, erupciones de volcanes e incendios forestales devastadores arrasan con la naturaleza del país y las construcciones, llevándose consigo muchas vidas humanas.
Pero ahí están los chilenos, como muñecos porfiados, levantándose una vez más, enjugándose las lágrimas, sacudiéndose el polvo, el barro y las cenizas, y colocándose nuevamente de pie.
Pero, ¿qué es la resiliencia? ¿Dónde y cómo nace este concepto?
Se dice que en el primer dominio en el que se utilizó este concepto fue en la ingeniería para distinguir un material dúctil de otro más rígido, siendo resiliente aquel material que tenía la capacidad de deformarse o doblarse para volver luego a su forma original sin quebrarse.
¿Entienden mejor ahora por qué creo que la chilena es una nación resiliente?
Las personas, a lo largo de nuestras vidas, también somos sometidas a presión y afectadas por situaciones difíciles tales como rupturas sentimentales, ver envejecer y deteriorarse a nuestros padres, desvinculaciones del trabajo, profesiones truncadas, la pérdida de un ser querido o la quiebra de algún emprendimiento, entre muchos momentos difíciles que nos toca o tocará enfrentar en la vida.
Por eso he querido abordar este tema, porque tal vez estés viviendo un momento de estos. Por eso deseo invitarte a mirar la vida desde otro lugar, desde otro ángulo, tal como lo hace un fotógrafo profesional o un pintor, hasta encontrar el ángulo más hermoso que quiere retratar con su cámara o inmortalizar con sus pinceles. Invitarte a aceptar la realidad, a hacerle frente y a salir de ella fortalecido e idealmente transformado.
¿De qué dependerá que lo logres? Solo de ti.
Recuerda que el ayer no lo podemos cambiar, pero el mañana sí lo podemos construir de acuerdo a lo que aspiramos.
El gran Walt Disney decía: “Si lo puedes soñar, lo puedes lograr”.