01/08/2023

El líder… ¿nace o se hace?

Por décadas esta pregunta ha generado intensos debates, especialmente en centros de alta academia y estudiosos del tema. Y como si esto fuera poco, un equipo internacional de investigadores pertenecientes a la Escuela Universitaria de Londres (UCL) y a las universidades estadounidenses de Harvard, Nueva York y California han vinculado por primera vez un genotipo específico con las aptitudes del liderazgo, investigación que concluyó que un 25% de esta característica se explica por la presencia de un marcador genético que se traspasaría de generación en generación. Se trata del genotipo conocido como rs4950.

Pero a no entusiasmarse demasiado quienes sostienen que los líderes sólo nacen, porque el mismo autor principal del estudio -Dr. Jan-Emmanuel De Neve, de la Escuela de Política Pública de la UCL- señaló luego que “la idea tradicional de que el liderazgo es una habilidad adquirida sigue siendo cierta en gran medida, aunque hemos demostrado que el liderazgo también tiene un componente genético”.

Soy de los que piensa que ambas afirmaciones son verdaderas, que efectivamente hay líderes que nacen con determinadas características y aptitudes -este estudio de alguna manera lo respalda-, pero que también se pueden formar las aptitudes que un líder requiere. ¿De qué depende esto último? De la disposición y voluntad que ponga el interesado en asumir la responsabilidad de orientar y dirigir a otros, lo que implica riesgos y renuncias. Un buen ejemplo de esto último puede extraerse del último campeonato mundial de fútbol, específicamente con la selección de Argentina, y más específicamente con Lionel Messi, gran jugador de fútbol que cuando entendió que debía asumir la responsabilidad de conducir a su equipo al objetivo de ser campeones de la copa mundial, afloró el líder que de él se esperaba.

Algunos con condiciones innatas nunca lo asumirán y se perderán como líderes, otros, sin haber nacido con esas aptitudes, las trabajarán y entrenarán, y brillarán como grandes líderes. Al final, todos pueden tener la oportunidad de adquirir, trabajar o entrenar las aptitudes que requiere un líder, tema del que conversaremos en la próxima columna. A modo de conclusión, puedo afirmar que este debate continuará abierto por muchos años más, pero más allá del debate, la invitación es a descubrir el líder que cada uno tiene en su interior, potenciarlo y desarrollarlo. La invitación queda cursada.

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